Si juntamos a un chef apasionado y a una dulce camarera… ¡la temperatura subirá unos cuantos grados!
Brett Cameron, uno de los mejores chefs del mundo, tenía que tomar una difícil decisión: seguir adelante con su sueño de tener un restaurante o volver a sus orígenes para atender una llamada de auxilio. Sienna Rossi se encontraba con el agua al cuello tratando de salvar el bistró de su tía: el lavavajillas se había estropeado, tenía salsa en el pelo y la sartén se acababa de incendiar. De repente, a través del humo, vio a un chef vestido de un blanco inmaculado: ¡Brett, su amor de adolescencia!
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