Sin duda, Erin O'Connell era una cazafortunas. ¿Por qué, si no, había regresado a vivir con su abuelo a Australia? Al principio, Mike McTavish estaba convencido de eso, pero cuando vio la relación que sus sobrinos, dos niños huérfanos, tenían con Erin y la forma en que esta los trataba, empezó a dudar de sus impresiones iniciales; sobre todo, cuando comparaba a Erin con su prometida, Caroline. Mike no estaba muy seguro de que Caroline quisiera a los niños y estos, desde luego, no la soportaban. Pero ¿cómo podía deshacer su compromiso con ella de manera honorable? Claro que, si no lo hacía, tanto los niños como Erin y él mismo acabarían sufriendo.
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