Cade Palmers sabía que lo mejor para sus dos sobrinos, que acababan de quedarse huérfanos, era que él y su tía compartieran la custodia. El problema era que Cade y Colleen nunca se habían llevado bien, y jugaban con fuego al intentar vivir bajo el mismo techo.
Aquella situación estaba creando un ambiente explosivo lleno de mutua atracción. Y Cade no hizo más que encender la mecha cuando sugirió que la mejor solución era que Colleen y él se casaran. Se suponía que no era más que una medida práctica, pero el resultado echaba chispas...
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