Con sólo conocer a su atractivo jefe se había puesto a temblar y a sonreír tontamente…
Pearl James estaba entusiasmada con su nuevo empleo, hasta que un test de personalidad le reveló que su máximo afán era llamar la atención, como un pavo real. Sin embargo, su jefe, Edward Merrick, era más bien como una pantera: un ser poderoso, decidido y despiadado.
Pearl sabía que lo más lógico era olvidarse de la atracción que sentía por él y trabajar duro para conseguir un ascenso. El problema era que cada vez que estaba con Ed, no se sentía nada profesional. ¡Estaba enamorándose perdidamente de él!
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