¿Cómo podría no entregar su corazón a los dos miembros de su repentina familia?
Nada más descubrir que alguien había entrado en su casa, Laura recibió la ayuda de su guapísimo vecino Justin Bane, pero resultó que el intruso era un precioso bebé que alguien había dejado sobre su cama sin explicación alguna.
Laura tenía que admitir que el pequeño guardaba un increíble parecido con su vecino. Entonces, ¿por qué estaba Justin tan seguro de que el bebé no era suyo? De una manera u otra, ambos se vieron obligados a aprender a cuidar a un niño juntos...
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