El guapísimo Noah Barrett era el marido que toda mujer soñaba con tener: era cariñoso, amable… y no le iba a resultar nada difícil convencer a la familia de Sally Johnson, durante su visita, de que iba a ser un padre maravilloso para el bebé que ella estaba a punto de tener.
Se suponía que aquel matrimonio fingido no era más que un arreglo temporal, el problema era que la manera en la que el cuerpo de Noah reaccionaba ante Sally no tenía nada de fingida. Por su parte, Sally no podía dejar de desear que todo aquello fuera de verdad. Pero ¿qué pasaría cuando descubriera que nada en Noah era como ella esperaba?
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